jueves, 4 de marzo de 2010

Fin de semana de hermanos


Nos vinieron a visitar Maru y Euge a la isla. El sábado fuimos con Juje a Palm Beach, por recomendación. Al lado de esta playa hay una playa nudista. Lo que no nos dijeron que no íbamos a encontrar cuerpos esculturales y musculosos, sino viejitos hippies con sus carnes flácidas expuestas al sol. Obviamente, al principio nos daba vergüenza cruzar la línea imaginaria que nos separaba de la liviandad del ser, pero finalmente de a poquito nos fuimos acercando. En fin, todavía no me animé a exponer mi carne al sol del pacífico… y si algún día llego a hacerlo, seguramente les contaré la experiencia. Mis compañeras con una vista más agudizada percibieron que uno de los viejitos cubierto solo por un sombrero de paja y lucía dos piercings (juro que yo solo alcanzaba a ver uno) estaba experimentando los efectos de la pastillita azul. Y nosotros hablábamos como si nadie podía escucharnos y entendernos…. hasta que pasó lo predecible… el señor habló… y habló en español… Con un acento que no pudimos reconocer dijo: Son de Argentina? Obviamente, respondimos con un tímido y sonrojado Sí… y seguimos de largo. Un papelón!



El domingo alquilamos un auto. Era más la emoción de manejar con el volante a la derecha y manejar sobre la izquierda que la necesidad del auto. Pero bueno, fue muy buena la experiencia y para nada difícil. Lo que facilitaba aún más la aventura era que el auto era automático (Sí Daf, me acordé de vos!!!!) . Visitamos una playa que está bien alejada. Hermosa, muy tranquila. Con árboles y parrillas eléctricas. Sí, hay varias parrillas eléctricas instaladas al costado de las playas. Nosotros nos preparamos unos súper sándwiches y disfrutamos del paisaje. Una vez que la vista se agotó de tanta belleza, decidimos unánimemente partir para otra playa. Y aquí empezaron los problemas del trío galleta que con un niño al volante, una desorientada por naturaleza y una rozapuentes sin darse cuenta no podía encontrar el nuevo punto de destino y nos pasamos dando vueltas y vueltas buscando una playa que habíamos visto en otra oportunidad, pero que ahora parecía haber desaparecido. Finalmente, antes de que caiga el sol, volvimos a Palm Beach para hacer las pases con unos ricos mates y unas galletas con chispitas de chocolate. La familia unida de nuevo!

2 comentarios:

A las 17 de marzo de 2010, 11:43 , Blogger Pamela ha dicho...

Decime si ese autito no se parece al bolido ROJO!!! holaaa amiga!!! me hice fan de tu blog! asi me llegan tus supper historias al correo, si no te pierdo el rastro!
Besos te quierooo y adelante en la aventura!!!

 
A las 28 de abril de 2010, 1:42 , Blogger Lorena ha dicho...

pame: no, ese no era tanto... había uno que veía siempre camino al trabajo que era casi casi igual... encima siempre estaba tan reluciente y limpito como el mío...jjajjaja, en serio, era igual!

 

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